Liga vs Barcelona

Sangriento, ese fue el resultado final del partido denominado "el duelo de la pasión".
Señores, más allá de haber ganado el partido 2-1 (un marcador que por cierto no refleja lo ocurrido en el campo de juego, donde el resultado pudo ser más abultado), la victoria en la cancha se pierde ante la amargura de los eventos extrafutbolísticos.
Que las hinchadas se lancen piedras, bengalas, botellas, todo para hacerse daño los unos a los otros es como si se recurriera a una violación para tener sexo con alguien. Solo se hace mal, se crean daños físicos y psicológicos y sed de revancha y venganza.
Qué se ganaría si no hubiera policías que controlen a las hinchadas. Muertos, acuchillados, 100, 200, 300 personas 1000 personas muertas por "una pasión", por un equipo. Es eso justo acaso.
No... todas esas barras bravas no están cumpliendo su misión. Se está dejando de lado el aliento por los golpes, la verdadera pasión por la ira.
Rayos, no lo entiendo. Acaso hay delincuentes, asesinos y otros entre las barras.
No es solo en las barras de Barcelona y Liga de las cuáles estoy hablando.
En el Atahualpa también, otro grupo de hinchas del Deportivo Quito atacó y destruyó a pedradas el bus en el que viajaba el club El Nacional.
Si de esa forma ganan el campeonato, con el mayor de los respetos, que pena, que asco.
Inclusive si es así que los hinchas de Liga reaccionan contra los rivales, que pena por ellos, por los malos hinchas. Aunque sean los que más alientan, los que se rompen la garganta cantando más de 90 minutos, si llegan a lanzar una piedra, pierden todo lo que han ganado a punta de canto.
Si con pedradas logran el campeonato, que asco, no deberían bañarse en la pileta, o si lo hacen debería ser en una pileta llena de sangre.
Lo mismo para todas las hinchadas. Si ganan a punta de patadas y puñetes, no sirve. Sería como disfrutar de hacer el mal a su gente, a los amigos de sus amigos, a las amigas de sus hermanas. Reitero, estamos hablando de violaciones. Ganar así, sería como violar a tu propia hermana. Piénsenlo.