Seguramente por las más de 30 mil almas amarillas, que ayer estuvieron en el Monumental, el equipo que era llamado a ser protagonista y dueño de la fiesta era el Barcelona de Guayaquil.
Sin embargo, fueron apenas 15 minutos del primer tiempo y uno que otro momento en los segundos 45 minutos en que el cuadro "Ídolo del Ecuador" hizo respetar su casa.
Más allá del 1-1 con que terminó el partido entre Barcelona y Liga, los comentarios de la prensa, sobre todo la guayaquileña dejan mucho que desear. Elogiar el sistema defensivo de Barcelona, siendo el equipo dueño de casa me hace pensar en algún tipo de mediocridad. Y más aún, salir satisfechos con el resultado, sin destacar que los puntos perdidos en casa pueden dejar al conjunto canario en una mala posición en la tabla y lo que es peor, fuera de la liguilla final. Eso significaría un año más de fracaso.
Habrá que ver si los amarillos saldrán a ganar los siguientes partidos en su casa; solo así, los efervescentes hinchas toreros no dejarán las gradas en silencio. Caso contrario habrá gritos en contra de la dirigencia y jugadores, y sobre todo frustración.
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